La historia
de este Cacique es bastante singular, pues se convirtió en una leyenda, contada
entre los indios, de generación en generación. Este caboclo nació en el bosque
Atlántica, antes de la colonización de estas tierras por el hombre blanco. Su
tribu era una aldea numerosa, con más de dos mil indios. Sus huecas no eran
construidas en el suelo; ellos vivían en casas altas y sabían dormir en los
árboles. Se alimentaban de frutos, animales salvajes y peces. Eran buenos
cazadores y colectores. Sabían encontrar el alimento. Se movían en el bosque
con destreza y ingenio. La aldea era defendida por los guerreros de la tribu
con gran habilidad. Las mujeres y los niños estaban protegidos y trabajaban en
la confección de objetos ornamentales, de utensilios de arcilla y en la
preparación de la comida.
Su historia
se convirtió en leyenda de la siguiente manera: él estaba sentado en su hueca,
fumando su pipa de hierbas, cuando escuchó gritos distantes en el bosque. Dos
guerreros ya desaparecieron buscando lo que causaba esos gritos. Él decidió
comprobarlo por su cuenta y se enganchó en el bosque denso. Volvió el mismo día
después y no encontró nada diferente. A la mañana siguiente decidí comprobarlo
de nuevo Era costumbre en la tribu el jefe nunca salir desacompañado, pero él
pidió que nadie lo acompañara y salió... Volvió de la misma manera, horas
después... El tercer día, hizo lo mismo y desapareció durante 7 días. Los
indios se preocuparon, pensaron que él había muerto y comenzaron a lamentarse.
En el octavo día, el Cacique regresó, usando un cocar enorme en la cabeza y
portando vestiduras luminosas. Habló con todos, instruyó a los consejeros de la
tribu, abrazó a los indizinhos y apaciguó a las mujeres. Empuñando su
majestuoso hacha hecho de astilla de piedra dijo que esta tierra algún día
sería tomada, por hombres de un pueblo lejano, diferentes en el hablar, en el
piso y vestir. Pidió a todos que siguieran con sus rutinas, porque todavía
estaba bien, no era hora de que todo esto pasara. Luego indicó a un amigo más
joven como Cacique Los indios extrañaron, porque un nuevo cacique sólo era
elegido con la muerte del cacique mayor. Pasó a las manos del nuevo cacique una
lanza y un cinturón de plumas. Luego se desvaneció ante los ojos
infieles de todos.
A partir de
ese día, cada vez que el búho cantaba, podían ver un destello en los bosques y
escuchar un silbido. A continuación, por un breve momento, alguien en la tribu
vio el Cacique "Jefe de los Matas". Así, pasaron a contar esta
historia de generación en generación. Después de medio siglo, llegó una advertencia
de una aldea vecina, que hombres diferentes llegaron de tierras distantes y se
recordaron las palabras del cacique. A partir de ese momento se inició otra
historia... En los momentos de mayor peligro o dificultad podían ver el Cacique
"Jefe de los Matas" observando y los aconsejando. Y así, tu
leyenda creció!
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