Una de las
leyendas que dibuja el perfil de Oxúm nos relata que cuando fueron enviados
todos los orixás a la tierra, éstos realizaban reuniones periódicamente para
organizar la labor de cada uno de ellos y de disponer que destino o futuro le
darían a esta planeta. En estas reuniones que organizaban, estaba vedada la
presencias de mujeres, es decir no eran permitida su asistencia. Al enterarse
Oxúm que ella no podía asistir a las reuniones quedó muy ofendida y llena de
cólera. Decidió demostrarle a los demás orixás que ella y las demás orixás
femeninas deberían compartir las decisiones que se tomaban. Entonces hizo que
todas las mujeres del planeta quedaran estériles. Así mismo al ser Oxúm la
diosa de los ríos y el agua dulce, también se sintieron afectados la vegetación
porque se estaban secando los lechos de los ríos al faltarle la lluvia,
creadora de vida, y sin el agua, vital elemento, la vida sobre la tierra sería
imposible. Pasaba el tiempo y los orixás veían con mucha sorpresa que todo lo
que organizaban y planeaban no daba en lo cierto. Nada salía bien como ellos
querían. Desesperados consultan con Olodumaré u Olorúm y le explican lo que
estaba pasando. Olodumaré les preguntó si Oxúm participaba de las reuniones y
ellos le contestaron que no. A lo que Olodumaré les explicó que nada podía
planearse y tomar decisiones si no participaba Oxúm que es la que tiene el
poder sobre la fecundidad y del agua dulce. Es así que los orixás retornaron a
la tierra y la invitaron a Oxúm para que participara de las reuniones. A partir
de ese momento las mujeres fueron fértiles y pudieron engendrar hijos en sus
vientres. El agua volvió a su curso natural de lluvias y crecidas de los ríos.
Es así que todas las decisiones que tomaron el las reuniones los orixás,
tuvieron un desenlace positivo. Los proyectos se pudieron llevar a cabo con
esperado resultado.
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